El objetivo básico del estudio de este tipo es la recogida de los nombres de lugar que todavía se puede encontrar vivos en el uso de algún masovero o en la memoria de antiguos pobladores esparcidos por el término. Las nuevas generaciones, al abandonar los cultivos de los bancales y las artigas, y los de las umbrías y solanas y el de tantos elementos que sus antepasados habían bautizado. Por tanto la toponimia rural estaba destinada a perderse, con toda la riqueza que contiene de conocimiento de este medio, de su flora, fauna y formas de vivir, ya olvidadas.