Son de Cuba repasa un siglo de música cubana y, sobre todo, de la música popular y tradicional por excelencia de la isla: el son, ese arte sublime para entretener el alma, cuyas raíces analiza Chinolope en su introducción. Cuba es el son, pero también el mambo, el cha-cha-chá, el danzón, el son montuno, la guaracha, la salsa, el latin-jazz, el bolero, el fílin, el sucu-sucu, la contradanza criolla, el mozambique... y las percusiones afrocubanas, creados y perfeccionados por más de un centenar de músicos, protagonistas de esta historia de la música popular cubana.
Inmortalizados sobre el escenario de la vida real por la cámara de Éric Lobo, una veintena de músicos nos muestran la autenticidad de su mundo. Una mirada humana y personal de algunas vidas en un entorno exuberante y barroco en el que el compás de la vida nos recuerda el mestizaje entre los ritmos africanos y las cadencias hispanas.
A lo largo de estas páginas revisaremos la vida, la obra y el legado musical de maestros como Sindo Garay, Compay Segundo, Adalberto Álvarez, Arsenio Rodríguez, Benny Moré, Chano Pozo, Félix Chapotín, Ibrahim Ferrer, José Luis Cortés, Miguel Matamoros, Ñico Saquito, Omara Portuondo, Cachaíto López, Pancho El Bravo, Polo Montañez, Puntillita, Rubén González, Tata Güines y muchos otros.
A lo largo de muchos años, Éric Lobo ha recorrido buena parte del mundo. Sus fotografías se han publicado sobre todo en prensa (Paris-Match, Libération, Vogue, l'Express, Le Figaro, GEO Allemagne...). Sus reportajes sobre etnología se han utilizado con frecuencia para campañas publicitarias y los de arquitectura ilustran los informes anuales de importantes empresas multinacionales.
Éric Lobo es autor de varias obras: Esprits d'Asie, un recorrido por las regiones del Tíbet (1997) y Esprits de Cuba, sobre el entorno musical de La Habana (1998), ambos para Editions Du May ; Die seele Cubas (2000) para Editions ReiseArt ; Esprits de Jungle, sobre el universo mágico de los papúas de Irian Jaya (1999) y Tibet, jours de fêtes (2002) para Editions Romain Pages.
Su amistad con Chinolope y con algunos músicos cubanos -Compay Segundo, Tata Güines, Pancho El Bravo- ha permitido a Éric Lobo mantener un estrecho contacto con la evolución de los músicos cubanos de última generación. Ha seguido de cerca las últimas actuaciones del Buena Vista Social Club (Cuba, París, Buenos Aires...), muchas de las cuales aparecen en el reportaje fotográfico que ilustra este libro.
