El sueño de todo navegante es cruzar el charco alguna vez en su vida. A los que nos gusta la navegación a vela, esto lo comparo con un alcohólico al que dejan libre en una bodega; es decir, navegar y navegar días y días y sólo con el viento. Donde reinan los alisios esto es así, vientos en intensidad y dirección.
Después de un viaje como el que yo he hecho, ya nunca quedas normal. Añoras la mar océana, su inmensidad y el cosmos en el cénit.
Ya no soy el mismo.
Carlos Lerma