El incansable caminante de las Islas Cíes
. Y pronto llegó el alba. Era un cálido y largo día, del fogoso mes de Agosto. Ya bullía, poquito a poco, el fragor de un estival amanecer, donde, (
) ondeándose (
) la luminiscente luz, iba transcurriendo, panorámicamente, a través, del incomparable y suntuoso marco, que conformaba toda la bien protegida y azulenca embocadura, de La Ría de Vigo; que estaba ubicada, allende, en Finis Terrae que, simbolizaba, cómo infinita y arrebatadora miríada, al País de las Ánimas