En 2001 una expedición de la Universidad de Cambridge rastreó minuciosamente la reserva de Bou Tferda, considerada el último refugio del leopardo de Berbería; sus esfuerzos resultaron infructuosos. Las autoridades marroquíes, a tenor de los datos recabados por los investigadores británicos y los recogidos por los ingenieros forestales de Eaux & Forêts, daban por desaparecido al esquivo felino. Poco después, una pintoresca excursión de naturalistas españoles recorrió, con más entusiamos que medios, las zonas más agrestes y despobladas de la cordillera del Atlas, en busca de alguna señal del 'agulías', que es como se conoce en lengua bereber al gran gato. Una afortunada combinación de perseverancia, olfato zoológico, empatía para con el indígena, y la imprescindible suerte, les lleva al monte Tan Agmamast, donde se topan de nuevo con el 'felino extinto'.
Esta bella historia permite, a uno de los zoólogos más carismáticos del país, rememorar un puñado de aventuras protagonizadas por los más singulares elementos de nuestra fauna, y de aquellos bípedos que se dedicaron a su estudio.
