-Valle de Tena
Vertebrado por las aguas del río Gállego, el valle de Tena ha sabido guardar la riqueza natural que le ofrecía el Pirineo, cumbres y rincones aparecen en estado puro, derrochando una belleza salvaje y brava, como queda patente en sus tresmiles orgullosos, en las sierras que le dan cierre por el sur, Partacua y Tendenera, en los ibones que aportan frescura, en los pequeños valles adyacentes... mientras, el ser humano ha aportado al conjunto un rico patrimonio en sus pueblos y en su cultura. Una combinación perfecta en la que ambos, ser humano y naturaleza han salido ganando.
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