Gala tiene sueños de naturaleza, vive observando el mundo que le rodea, ajena al devenir diario de los suyos.
La educación hacia los seres vivos nace de los padres y continúa por la escuela, pero a veces sucede que nacemos con la virtud de amar a aquellos otros seres vivos con los que compartimos el mundo.
Gala ha aprendido sola, ya que sus padres no conocieron mucho la naturaleza.
Su amistad con un bebé ballena, con el que se ve envuelta en un desgraciado incidente, nos cuenta cómo podemos coexistir con otros seres vivos en una relación hermosa y duradera.
Su tesón y afán contagian a los que la rodean, consiguiendo una relación de respeto y armonía con su pequeño mundo.