A poniente de los Picos, por Dioni Serrano
UN guía asturiano me contó que Las Ubiñas tuvieron un momento de gloria sobre los años sesenta y setenta. La gente trabajaba los sábados hasta medio día y a los Picos de Europa se tardaba una eternidad en llegar desde Oviedo. Había que moverse en autobús y las carreteras eran infernales. Peña Ubiña quedaba mucho más a mano y los aficionados de Oviedo, de Gijón y de los alrededores tiraban para allá. Fueron tiempos boyantes: el Club Mierense construyó un refugio en un sitio estratégico; se abrieron nuevas rutas a las cumbres del macizo; los esquiadores se daban cita en Tuiza para abordar largas travesías que los llevaban hasta el puerto de Pajares; los escaladores pusieron sus ojos y sus clavos en las paredes verticales
Las Ubiñas se convirtieron en la escuela de alta montaña y fue entonces, posiblemente, cuando a alguien se le ocurrió la gracia de llamarlas los Alpes Tuizos.
Después vinieron los años oscuros. Los aficionados de un lado y otro, con más tiempo libre y más facilidades para moverse, preferían ir a los Picos. Ubiña entró en un periodo de decadencia, un declive que simboliza el deterioro del refugio del Meicín, una pintoresca cabaña que por causas naturales y no tan naturales quedó inhabilitado para su función y que fue finalmente derribado en el año 2005. Para muchos, el desmantelamiento significó el fin de una época y de una forma de entender el montañismo.
En su lugar se levantó otro edificio. Hubo airadas protestas de algunas asociaciones ecologistas y montañeras que no veían la necesidad de tener un refugio en unas montañas a las que se va y se vuelve en el día, y que de tener algo, mejor y hasta más sostenible sería tenerlo en Tuiza de Arriba, la aldea que abre la puerta de Las Ubiñas por la parte asturiana. No puedo decir por qué, pero creo que el nuevo refugio ayudará a devolver a estas montañas la fama de antaño.
De lo que no nos cabe duda es de que la presencia de este moderno refugio colaborará a abrir el apetito de los aficionados que no conocen Las Ubiñas o que las miran con cierto desdén porque sólo alcanzan los 2.400 metros. Éste es, en definitiva, el propósito de la revista que acabas de abrir. Toma nota: a poniente de los Picos de Europa hay unas montañas a las que los asturianos llaman cariñosamente los Alpes Tuizos. Por algo será, digo yo.