Enclave tan tradicional como cosmopolita, Ibiza ofrece una tranquilidad absoluta y a la vez permite aventurarse en la noche más extravagante. Pero, a diferencia de las grandes metrópolis, la capital de las Pitiusas es una ciudad de dimensiones humanas, que puede recorrerse a pie sin esfuerzo. Dominada por su recinto amurallado, declarado Patrimonio de la Humanidad, sobre sus baluartes, o a la sombra de ellos, se arremolinan los barrios históricos, repletos de inesperados recovecos y de una diversidad extraordinaria.