Una vez hice un viaje en tren, pero mucho antes de partir lo estuve imaginando y tiempo después de la vuelta aún lo sigo recordando. El viaje continúa.
Cinco semanas, dos continentes, tres países, 8.200km, siete husos horarios e infinidad de paisajes, costumbres, ciudades, olores y pensamientos quedan unidos por la línea férrea del Transmongoliano, desde Moscú a Pekín. Y por lo que esbocé, por lo que viví y por lo que queda para siempre.
Tres cuadernos de dibujos. Tinta china, lápiz acuarelable y pastel.