LATORRE CIRIA, JOSÉ MANUEL... [ET AL.]
La Comunidad de Albarracín es una institución centenaria, una reliquia legada por el pasado, una obra humana que ha funcionado como un organismo político y como un ente gestor de los montes comunes. Junto con las de Calatayud, Daroca y Teruel, tuvo su origen en la Edad Media y es la única que ha pervivido cierto que con cambios sustanciales con respecto a su naturaleza en el período foral hasta nuestros días.
El patrimonio común indiviso ha permanecido a lo largo de la historia pese al avance del individualismo agrario y del liberalismo económico. Este patrimonio se ha revelado como un nexo de unión fundamental y su gestión por parte de la Comunidad ha permitido la conservación de la parte sustancial de los bosques, que hoy son un activo natural de primer orden.