«En la velocidad nos lanzamos más allá de nuestro cuerpo». T. E. Lawrence
T. E. Lawrence se ganó el sobrenombre «de Arabia» liderando a las tribus árabes en su lucha contra el dominio turco. Aquel triunfo lo convertía en un mito viviente.
Finalizada la guerra, y desencantado tras el reparto aliado de Oriente Próximo, T. E. renunció a su grado de coronel del ejército y se ocultó como soldado raso en las filas de la Real Fuerza Aérea; corría el año 1922, había escrito un libro y compraba su primera moto, a la que llamó Boanerges: la Hija del Trueno. Mudaba así de piel, y comenzaba una nueva vida en la que la literatura y las motocicletas cimentaban su existencia.
Su relación con las motos, con altas personalidades y grandes literatos, la gestación de Los siete pilares de la sabiduría en sus varias versiones, sus lecturas, sus temores y anhelos, constituyen el grueso de estas cartas escritas entre 1922 y 1935, año en que fallecía víctima de su pasión por la velocidad.
T. E. Lawrence (Tremadoc, 1888 Dorset, 1935). De compleja personalidad y múltiples facetas, T. E. Lawrence fue uno de los hombres más sorprendentes y notables del siglo XX. Su inusual comportamiento y la audacia demostrada durante la primera guerra mundial, hicieron de él un personaje legendario. Lawrence de Arabia, John Hume Ross, T. E. Shaw
todos los nombres escondían a la misma persona: un rebelde de alma melancólica, un idealista, un asceta. Fue sabio y soldado, filósofo igual que motorista, escritor al mismo tiempo que mecánico
El último héroe de Gran Bretaña y el primer mártir de la carretera.