Después de cinco años de vida y de trabajo en el seno de distintas comunidades mayas, Miquel Dewever-Plana nos confía las instantáneas de una cultura viva, captada en la realidad misma de modos de vida que están en plena transformación. Una intimidad que no tiene precio le ha permitido curzar el umbral de los hogares para penetrar los secretos de la vida de todos los días, en la que los Mayas han aceptado ser vistos, sencillamente, tal y como son.