Cinco son los relatos que Juan Carlos Márquez ha reunido en Norteamérica profunda, libro que ve la luz casi tres años después de ser galardonado con el VIII certamen de relatos Rafael González Castell.
Se pueden apreciar en estos relatos numerosas influencias literarias y cinematográficas, pero influencias las tenemos todos. Si en lugar de en Norteamérica los relatos estuvieran ambientados en París, Madrid o Bilbao, también tendrían influencias, pero seguramente se hablaría menos de ellas en una reseña o ni siquiera se mencionarían. No sé cuál ha sido la fuente de inspiración de Juan Carlos Márquez, si se ha basado en sus lecturas, seguro que muy abundantes, y sus visionados, también abundantes, o si ha recorrido en persona los lugares descritos y experimentado de primera o segunda mano algunas de las situaciones narradas. Por este motivo no quiero emplear el término «homenaje» para calificar estos relatos. Homenaje implica algo secundario, un pastiche, algo que está por debajo de aquello a lo que se homenajea. En este caso, al margen de influencias, referencias y homenajes de cualquier tipo, estamos, simplemente, ante buenos relatos.