De las Islas Cíes a las Hoces del Duratón, del Bosque de Muniellos a las Marismas del Odiel, de las Médulas al Bosque de Iratí, de las Dunas de Doñana a las Cañadas del Teide, paisajes de mar y montaña, cuevas y lagos, ríos y valles sobre los que incide el paso de las estaciones, conforman una visión inédita que hace de nuestra tierra, por flora y fauna, además de un paraíso salvaje, un capítulo imprescindible en un país sorprendente.