AA.VV
Dentro de la subrayada variedad de espacios naturales que alberga la Comunidad foral a escasa distancia, el Pirineo oriental es uno de los más atractivos desde el punto de vista turístico. Los valles de Aezkoa, Salazar y Roncal, la selva de Irati o Larra-Belagua son destino inconfundible de amantes de la montaña y de los que gustan del paseo por verdes y bucólicos valles. Las numerosas casas rurales que pueblan sus laderas son muestra evidente del creciente interés por disfrutar y aprender de esta tierra.
Pero el Pirineo oriental navarro es mucho más. Los aficionados al esquí de fondo o a las raquetas de nieve, por ejemplo, encontrarán numerosas pistas en todo el noreste navarro, con la guinda del renovado Centro de Esquí Nórdico Larra-Belagua. En el otro extremo del Pirineo oriental se encuentra Orreaga/Roncesvalles, destino de decenas de miles de peregrinos que pasan por la Colegiata o comienzan en este lugar el Camino de Santiago, ruta en imparable auge en las últimas décadas.
Por otro lado, la montaña se ve completada por el prepirineo, una extensa zona de orografía menos agreste en la que destacan las foces, esos pequeños pero excepcionales microclimas, gargantas que los ríos han ido horadando de norte a sur. Por último, el Pirineo es tierra de tradiciones ancestrales, que conservan todo su valor y se transfieren de generación en generación.Todo en uno, ofrece naturaleza, cultura, tradición y deporte para escaparse en cualquier época del año.