¿Podemos salvar el planeta del desastre?
Ikú es un niño esquimal que sale a pescar con Gluby, su mascota. De pronto, la superficie helada en la que se encontraban se desprende del resto y se alejan de la aldea en la que viven con su familia en el Círculo Polar Ártico. El iceberg navega a la deriva, pero lejos de sentir miedo, los dos amigos se preparan para vivir una aventura inolvidable.
Esta breve, pero intensa historia está llena de valores importantes que afianzan los lazos familiares, el respeto a los ancianos, representado en los abuelos como transmisores de cariño incondicional, tan necesario para crecer en autoestima, y la tradición y costumbres propias de una raza.
Es una oda a la amistad y a la solidaridad, que va más allá de una simple ayuda porque es compartir una visión de supervivencia de la raza humana en la tierra, buscando la verdadera defensa y cuidado del planeta, representado por la lucha contra el calentamiento global, los vertidos al mar o la extinción de animales.
Y también ofrece una visión general geográfica de la tierra, con sus continentes, conociendo características propias de cada uno de ellos, así como sus animales o costumbres.
Si todos nos mirásemos a los ojos entenderíamos que hay algo que nos une, no importa la raza, ni el sexo, ni la ideología o religión porque habitamos la misma casa, la Tierra.