Cinco expediciones por las montañas de América y otras cuatro por las del Himalaya, son un bagaje del que pocos deportistas aragoneses pueden presumir. Muchos soñarían con poseer un historial repleto de vías de escalada desde los Pirineos hasta los Alpes, en donde destacaran rutas en cumbres extraeuropeas como el Condoriri, Illimani o Kang Yaze. Amén de asaltos a ochomiles de la talla del Gasherbrum I, Cho Oyu..., y el siempre áspero Dhaulagiri. Tal sería la trayectoria abreviada de Santiago Sagaste Ayesa, desaparecido en este último coloso nepalí un 13 de mayo de 2007. Tan sólo tenía 33 años de edad, pero ya se consideraba a este ejeano como a uno de los alpinistas más descollantes y prometedores de Aragón.