Valencia es una ciudad con una larga historia; más de dos mil años en los que este territorio ha acogido a millones de personas para vivir en un entorno y un clima envidiable. Desde Valentia a Balansiya, o la ciudad que fue capital del Mediterráneo en el siglo XV, hasta la Valencia que se expandió tras los muros y la que hoy es conocida por sus fiestas y su arquitectura de vanguardia.
Pero ¿podemos hablar de una Valencia esencial?, y en ese caso, ¿dónde se encuentra?
El presente trabajo quiere indagar sobre ella y ha encontrado en los pequeños detalles que jalonan su centro histórico algunas señas de su identidad. Dicen que lo verdaderamente importante es casi invisible a los ojos, y en momentos como este, donde la vida transcurre tan deprisa, queremos llamar la atención de los valencianos, y aquellos que nos visitan de algunas de esas cosas que pasan muy a menudo inadvertidas a su mirada.
Detalles como los rótulos que dan nombre a sus calles, las pequeñas esculturas de sus edificios góticos, los rótulos comerciales, las veletas que coronan sus cúpulas, las aldabas de los portalones..., pero también elementos menos conocidos como las tapas de las alcantarillas que han soportado millones de pisadas, o los curiosos rostros de los canalones...