Mi pasión por viajar y conocer otras culturas me ha hecho descubrir que tenemos muchas cosas que aprender unos de otros. Una de las mejores maneras ha sido por medio de intercambios interculturales en los que nos hemos enriquecido mutuamente.
Mi inquietud por recorrer el mundo y conocer otras maneras de vivir me llevó a hacer rutas solidarias, que consisten en visitar proyectos, convivir con familias y colaborar económicamente durante la estancia. Como ejemplo, explicaré alguna de las tantas cosas que me ha aportado cada uno de los tres países de América Latina en que he estado. En Ecuador, como primera experiencia, sentí que se creaban unos vínculos entre estos dos mundos separados por el océano. En Brasil me dejé seducir por la música y la alegría de su gente. De Perú me llevé la energía de sus montañas y el recuerdo de las mujeres luchadoras.